Cuando se dice de dar el paso o saltar al vacío no se trata de algo físico.
Es una toma de conciencia súbita, que reemplaza las bases de cada comportamiento por el vacío cósmico.
Es no tener nada y al mismo tiempo no temer nada.
El suelo donde pisar, las paredes donde cobijarse, el alimento, el tiempo, la salud física, los ideales, las ilusiones, desaparecen en condiciones del vacío, de la nada, pues la nada equivale a la inexistencia.
El miedo a la muerte es innato a cada ser porque es consciente, aunque con los filtros de la experiencia, que se tendrá que encontrar en algún momento ante ese vacío, esa nada que forma parte de sí mismo y que no acepta ni abraza.
Abrazar la nada completa el bucle de la energía que fluye dentro de cada ser y sin más la conciencia se vuelve infinita, traspasando todas las falsas barreras que un día fueron implantadas en la mente.
Experimentar la realidad al completo, sin filtros, abre la puerta del mundo que de verdad soñáis vivir, el mundo interior que es el que genera vida y transformación exterior.
Gracias César
Entrar el vacío y abrazar la nada es un medio donde se pierde el miedo a la muerte y al resto de los miedos.