La verdad está ahí sin más que observarla. No cambia a voluntad de nadie ni se inhibe por gusto de una parte. Siempre está y siempre estará. Puedes acercarte a ella o alejarte mucho. Tanto como quieras. La plenitud equivale a cercanía y el pavor a carecer de ella. Todo cuanto acontece o va a acontecer se puede resumir en eso. Alejarse o acercarse a lo que verdaderamente sois. Esta vez no valdrán las excusas ni dejarlo para más adelante. Quien se sumerja completamente en la integridad de las cosas tomara el control de su vida con firmeza y claridad. Aquellos que creen en cosas inexistentes se borrarán como se borra la tinta con la lluvia y se disolverán con el todo para iniciar de nuevo otro camino desde su inicio.
Pensad en vuestro don. Cada uno tenéis un potencial diferente al resto. No podéis ser lo que no sois y tampoco podéis evitar ser como sois. Esa aceptación os lleva a un camino de paz que trae todo a vuestras manos con solo desearlo desde vuestro don.